sábado, 22 de enero de 2011

El fin de la Eternidad, de Isaac Asimov



Un libro de opiniones encontradas: Por un lado a Milgrom dice haberle producido angustia temporal, a Dibiase le dejó frio. Y como esta es mi reseña, pues yo me explayaré un poco más, digo. Si no, no la escribiría, claro, y este blog lo pasaríamos a Twitter.

Empezaré diciendo que creo que el título está mal traducido en la versión española, ya que debería ser el fin de Eternidad ¿Qué es Eternidad? Es un lugar fuera del tiempo donde unos señores (y sólo señores, nada de señoras) actúan como burócratas temporales, cambiando el curso de la historia “para que la gente no se haga daño”; una especie de estado paternalista pretertemporal. Para hacer estos cambios usan algo parecido a la psicohistoria de La Fundación, que les permite calcular un margen de confianza para el devenir los hechos futuros de los cambios presentes que ellos provocan, pero la propia Eternidad no se ve atacada por ello por estar fuera del tiempo: Una vez dentro, uno se convierte casi en un dios, ajeno a todo cambio histórico que produzca, aunque haga desaparecer a sus antepasados. Estos cambios que protegen a la humanidad de hacerse pupa los calculan los sociólogos con sus maravillosos computadores de cinta y papel perforado, pero los ejecutan los técnicos, que se consideran unos auténticos artistas. Artistas y medio apestados, porque son los únicos que se manchan las manos con eso.

Básicamente en la novela veremos cómo Harlan entra en Eternidad, cómo va aprendiendo y asciende, su relación con Laban Twisell, uno de los prebostes del lugar; por qué a partir de determinado punto nadie puede seguir viajando en el futuro por un infranqueable muro en el camino del ascensor del tiempo, por qué a los humanos les entra demasiada morriña al salir de la tierra, qué pasa cuando un técnico se encuentra con una mujer cuando lleva años viviendo en un auténtico campo de nabos un lugar sin ellas y por qué tiene que entrenar al que parece su sucesor, Sheridan Cooper. Entre otras cosas, claro.

Sinceramente, creo que Asimov se lía demasiado haciendo, como dicen en Dune ‘fintas de las fintas sobre las fintas de las fintas’ y así hasta el infinito. Resulta curiosa también la interpretación de la Historia como un sistema en equilibrio, en el que un cambio puede tener grandes consecuencias en el siglo precedente, pero a más largo plazo todo ha cambiado para que nada cambie: parece a priori no haber ningún cambio que pueda provocar un cambio real a varios siglos vista.

Resulta también cándido ver que las computadoras de papel perforado son el colmo de la sofisticación de unos tipos con tecnología de más allá del año 50 000 o que la fuente de energía de la que se nutre Eternidad es de la nova generada por el Sol –que lo más probable es que se convierta en una enana blanca.

Es interesante y la idea es buena, pero le falta gancho.

viernes, 7 de enero de 2011

Los Spotifys de Lo Mejor del Año (Electrónica)

Lo Mejor de 2010 Electrónica

La música electrónica actual se debate entre dos corrientes mayoritariamente:
1- La electrónica de baile, cuya misión es simplemente adaptar los bpm's al ritmo de la masa bailonga y otra en la que predomina la experimentación tecnológica usando el material disponible para crear nuevas texturas, atmósferas y ambientes que generen una aproximación a la música pop con instrumentación digital.

2-La música electrónica usada como fuente de inspiración de experimentaciones varias en las que todo vale con tal de conseguir nuevos sonidos digitales, nuevas frecuencias, nuevas aportaciones, que trasciendan el "género" y la herramienta.

Entre los discos destacados de este 2010 encontramos el acercamiento de Daft Punk a la electrónica clásica de Bandas Sonoras. Su música para la película Tron, tiene más de las experimentaciones de Vangelis, Jean Michel Jarre, Tangerine Dream o incluso matices de Himekami, y la denominada música cósmis que tanto furor tuvo entre los 70 y los 80. También son dignos de mención, desde un punto de vista más gamberro, los discos de LCD Soundsystem y de The Chemical Brothers, junto con la electrónica bailabale de Grum, Shy Child. Por otro lado Yesayer, Ratatat o Blackbird Blackbird han lanzado una serie de propuestas en torno a sonidos más tranquilos y matizados.

En definitiva un gran año para la música electrónica del que pueden disfrutar en la lista enlazada.

miércoles, 5 de enero de 2011

Mi gran novela sobre La Vaguada, de Fernando San Basilio

Mi gran novela sobre La Vaguada es una novela tan grande y tan buena que su autor, Fernando San Basilio, sólo necesitó 130 pequeñas páginas para escribirla.

Mi gran novela sobre La Vaguada es la historia de un hombre, de un hombre joven, que fantasea vagamente con escribir la gran novela contemporánea y mientras tanto nos cuenta su infructuoso periplo vital de trabajo en trabajo, de entrevista en entrevista (sin éxito) y de callejones sin salida que solo se materializan (con éxito) en su cabeza; en el camino de vuelta a casa. Una habitación tras otra en Madrid.

Mi gran novela sobre La Vaguada trata de muchas cosas y de una sola. A saber: la libertad de uno para creerse libre, con posibilidades, y fracasar conservando aún cierto optimismo. Y por el camino hacia el destino fatal (notar como las responsabilidades se meten en tu vida sin haberlas reclamado) somos testigos de cierta crítica a la vacuidad de la cosa artística, literaria, periodística, cierta sorna hacia la cosa de los jóvenes emprendedores, de los turistas aventureros y de las relaciones de pareja. Y con el mérito de contar todo esto, no desde la postura de superioridad de quien se siente incomprendido, sino como un actor secundario más, casi un figurante, exento de cinismo pero sabedor de la necesidad irónica. De la burla como terapia personal.

Si puedo inventarme etiquetas, Mi gran novela sobre La Vaguada sería una novela de costumbrismo existencial repleta de humor triste (con permiso de Oxímoron). Un humor que se puede confundir fácilmente con lo rutinario, y esa es su gracia y su desgracia; y que –además- se convierte en una prueba irrefutable de la Inteligencia que palpita en cada palabra, en cada párrafo. Mi gran novela sobre La Vaguada es una gran novela española de la vida contemporánea. Española.

Esta segunda obra de Fernando San Basilio es de las que te reconcilian con la literatura, de las que te dibujan una mueca indefinida en la cara durante su lectura, de las que te dejan poso imborrable.