domingo, 17 de octubre de 2010

A Wild Sheep Chase - Haruki Murakami


A Wild Sheep Chase, tercera novela de Murakami y primera traducida al inglés, es la parte final de una trilogía que, según la Fuente del Conocimiento Hunibersal componen también Hear the Wind Sing y Pinball, 1973: La trilogía del Rata. De estas tres novelas, sólo la última y aquí reseñada ha tenido distribución internacional. Supongo que esos dos primeros libros que por motivos evidentes servidor no ha leído, tienen que ver con que el inicio de la novela parezca un compendio de retazos y situaciones totalmente desconectadas de la historia principal. Supongo, vaya.

La historia, ambientada a finales de los 70 en Japón, cuenta cómo un publicista, editor y traductor abúlico perdido es contratado más o menos contra su voluntad por un millonario de esos que controlan el país en la sombra para encontrar una oveja que, desde que le abandonó (o más bien dejó de compartir cuerpo con él), le dejó postrado física e intelectualmente. ¿Por qué él y no otro? Creyeron ver a la oveja en una fotografía publicada en una revista profesional editada por el protagonista, al que bauticé (pues nunca dice su nombre) como “Sangre de Horchata” (en adelante SdH)

Mientras hace el haragán y antes de ponerse a buscar la oveja, SdH se enamora de una oreja, busca a su dueña y la corteja (cacofonía triple). Al parecer, la chica y sus orejas tienen poderes mágicos. Como el bichejo lanudo ese, al que se van a buscar los dos al pueblo más perdido de la región más despoblada de Hokkaido; un lugar descrito como un triste hoyo lleno de hielo, ganado ovino, hijos de la endogamia y la locura, y un tarado vestido de oveja. Eso sí, SdH -que también es el narrador, no hace estas descripciones con sorna o como crítica; las hace con total y absoluta indiferencia, con el mismo tono que emplea para describir cómo se queda dormido en el cine o se fuma un cigarro en la cocina.

Aunque pueda parecer una buena premisa, he de decir que esto que he escrito para poder reseñar resume más de la mitad del argumento, aunque supongo que lo más importante de la novela no es la trama -con más de una situación que Lucy Lawless sin duda describiría como hecha por un mago, si no la prosa innovadora y fantabulosa, que a algunos al parecer sulibella; ver cómo Murakami se recrea durante una página detrás de otra enumerando los nombres en francés de los cinco platos por cabeza que cada uno de los comensales pide en un restaurante, publicitando todas y cada una de las marcas de productos que utiliza o haciendo reseñas de cuanta canción o libro se le pasen por la cabeza, demostrando sus enormes conocimientos de la cultura popular de la época. Por esto último a veces pensaba que merecería el privilegio de escribir reseñas en aqueste nuestro blog, pero supongo que la barrera idiomática pesaría mucho.

El libro se lee con bastante facilidad a pesar de la publicidad superliminal (eso de subliminal tiene lo que yo de Galactus) y los alaridos posmodernos que pega de vez en cuando. Eso sí, si se busca una historia consistente y un final coherente con la trama, mejor no tocar esta búsqueda de la oveja salvaje ni con un palo.