viernes, 9 de abril de 2010

Fluyan mis lágrimas, dijo el policía; de Philip K Dick

La novela nos presenta un mundo distópico, en el que los estudiantes están en pie de guerra contra el estado policial, las universidades se han convertido en campos de reclusión y los negros, tras ser esterilizados masivamente en la Segunda Guerra Civil Americana se han convertido en seres tan escasos y exóticos que es delito el importunarles lo más mínimo. Philip K Dick nos cuenta la historia de Jason Taverner: Cantante y presentador de éxito, de vida disoluta, bien relacionado y millonario que despierta un día en un barrio marginal sin nada más que lo puesto y sin nadie que pueda identificarle, lo que le lleva a intentar huir del aparato gubernamental y construir una nueva identidad.

En esta novela se empiezan a vislumbrar los principios de esquizofrenia del autor, siendo muchas veces imposible distinguir la realidad de la ficción o los mundos reales de los creados por la mente humana. Por desgracia, este principio de esquizofrenia lleva también a encontrar más de una laguna en el guión y más de una situación inexplicable. Como también es habitual en Philip K. Dick, las drogas son omnipresentes, y no sólo en su función recreativa o terapéutica, y acaban siendo uno de los ejes de la novela.
La construcción de los personajes, a pesar de la constante irrealidad, es sólida y nos permiten identificarnos y localizar las motivaciones de cada uno a pesar del contexto constantemente mutante. Así, Jason Taverner no deja en ningún momento de ser un personaje arrogante y en ocasiones contumaz, sacando a relucir más de lo que sería deseable su condición de Six (humano genéticamente modificado para ser más listo, fuerte y guapo que el resto) que comparte con la también altiva, desdeñosa y exitosa Heather Hart.
Durante toda la historia la fama parece ser casi un personaje más, pues es la fama la que hace de Jason Taverner y Heather Hart lo que son: personajes fatuos y soberbios; es el deseo de ella el que ataca a Taverner al acabar su programa de televisión, y son el absoluto anonimato (incluso para el estado) y la necesidad de recuperar la notoriedad los que mueven las acciones del protagonista durante toda la narración.
Uno de los elementos que diferencian esta obra de Dick de otras obras suyas es la ausencia o patetismo (depende de cómo se mire) de ese personaje casi omnipotente que siempre aparece en primer o segundo plano, como el Glimmug de Galactic Pot-Healer, el frolikano de Nuestros Amigos de Frolik 8, Emmanuel y Palas de La Invasión Divina o The Form Destroyer y la Trinidad en A Maze of Death. Aquí ese personaje semejante a un dios es, a ojos del resto de personajes y del lector, un ser: mortal, imperfecto y mentalmente débil, caótico e incluso despreciable.
A día de hoy es difícil encontrar en papel la edición en español, que pueden descargar de aquí .

2 comentarios:

  1. Philip K. Dick, que grande. El enlace que dejas como al descuido es una bomba ¡gracias!

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  2. Sí, desde ahí se pueden bajar todas las novelas publicadas en español de Dick. Si hubiesen versiones recientes de esta no habriá puesto el enlace.

    Por cierto, Galactic Pot-Healer se llama en español Gestarescala, y A Maze of Death es Laberinto de Muerte. Nunca había visto las versiones españolas y no sabía ni cómo las habían traducido.

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